El turismo Veneciano y sus exponentes

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El magnetismo veneciano

Hablar de Venecia es hablar de una ciudad que lleva siglos seduciendo a viajeros, artistas, escritores y soñadores de todo el planeta. Fundada sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas conectadas por más de 400 puentes y atravesadas por más de 170 canales, Venecia es mucho más que una postal: es un mito que sigue vivo gracias, en buena parte, al turismo.

Pero esa bendición, el turismo, también es su mayor riesgo. La afluencia masiva de visitantes amenaza con borrar la vida cotidiana de los venecianos, convertir la ciudad en un decorado y acelerar la degradación de su frágil patrimonio arquitectónico.

Este reportaje explora el turismo en Venecia desde múltiples ángulos: sus raíces históricas, su evolución en el siglo XXI, sus exponentes más visibles (gondoleros, hoteleros, guías, artesanos, artistas), los dilemas éticos y económicos que plantea y las soluciones que se están explorando para salvar la ciudad de su propio éxito.

Un poco de historia: del gran tour al turismo de masas

El turismo en Venecia no es nuevo. Durante el Renacimiento y el Barroco, la Serenísima República de Venecia era ya un destino cosmopolita, punto de llegada de comerciantes, diplomáticos y viajeros europeos fascinados por sus carnavales, su música, su arquitectura y su ambiente multicultural.

En los siglos XVII y XVIII, Venecia se convirtió en parada obligada del Gran Tour, aquel largo viaje por Europa que realizaban los jóvenes aristócratas británicos y centroeuropeos como rito de formación. Autores como Goethe, Lord Byron o Henry James describieron la ciudad como un lugar decadente pero sublime, donde el pasado se mezclaba con la fiesta y el arte.

Con el siglo XIX y la revolución industrial, el turismo se democratizó gracias al ferrocarril y, más tarde, a los barcos de vapor. La ciudad se adaptó: surgieron hoteles de lujo, cafés históricos y guías que organizaban visitas a los lugares más emblemáticos.

En el siglo XX, tras la Segunda Guerra Mundial, llegó la era del turismo de masas: vuelos baratos, paquetes turísticos y, en las últimas décadas, las plataformas digitales que permitieron reservar alojamiento en cualquier rincón. En pocas décadas, Venecia pasó de recibir unos cientos de miles de visitantes al año a más de 25 millones.

Las cifras del presente: el peso del turismo

Hoy, el turismo representa cerca del 80% de la economía veneciana. Hoteles, restaurantes, tiendas de recuerdos, guías turísticos, gondoleros y artesanos viven directa o indirectamente de los visitantes.

Antes de la pandemia, la ciudad recibía unos 30 millones de turistas anuales, frente a una población residente en el centro histórico que ha caído por debajo de 50.000 habitantes. Las diferencias entre la población local y el número de turistas se han vuelto extremas: hay días en que se concentran más de 100.000 turistas en la ciudad, multiplicando por dos o tres el número de venecianos.

Los cruceros, que hasta 2021 podían atracar en la laguna, aportaban hasta 1,5 millones de visitantes al año. Aunque generaban beneficios económicos, también eran una de las causas más evidentes del deterioro ambiental y patrimonial.

Los exponentes del turismo veneciano: entre la tradición y la modernidad

El éxito turístico de Venecia no es solo fruto de sus monumentos: también de los hombres y mujeres que la mantienen viva y dan sentido a la experiencia del visitante. Ellos son los “exponentes” del turismo veneciano, que han convertido la ciudad en un destino global.

1. Los gondoleros: guardianes del símbolo

Pocos oficios despiertan más curiosidad que el de gondolero. Las góndolas, embarcaciones negras de casi 11 metros de largo, son emblemas vivientes de Venecia.

Según hemos podido conocer gracias a Vivaldi, empresa de tours de Venecia, Hoy existen unos 400 gondoleros oficiales, que heredan con frecuencia el oficio de padres a hijos. Su licencia es muy difícil de conseguir, y además de remar, los gondoleros hacen de guías, cuentacuentos y hasta fotógrafos improvisados.

Un paseo en góndola puede costar entre 80 y 120 euros por media hora, pero para muchos turistas es una experiencia inolvidable. Los gondoleros son, en muchos sentidos, la imagen humana más visible del turismo veneciano.

2. Los hoteleros y restauradores: hospitalidad secular

Venecia cuenta con más de 1.500 alojamientos turísticos, desde palacios reconvertidos en hoteles de lujo hasta pequeños B&B y pisos turísticos.

Muchos de ellos son gestionados por familias venecianas que mantienen la tradición hostelera desde hace generaciones. Sin embargo, la llegada de grandes cadenas internacionales y la explosión del alquiler vacacional han transformado el paisaje, expulsando a residentes y encareciendo la vivienda.

En la restauración, Venecia combina tradición y modernidad: desde las osterie y bacari (bares típicos) que sirven cicchetti (tapas venecianas), hasta restaurantes que reinterpretan la cocina local con toques contemporáneos.

3. Los guías turísticos: intérpretes del patrimonio

Cientos de guías turísticos titulados trabajan cada día explicando la historia de San Marcos, el Palacio Ducal o los secretos del Gueto judío.

Muchos critican la proliferación de visitas “low cost” o “free tours” gestionadas por empresas extranjeras, que ofrecen precios muy bajos pero a menudo con explicaciones superficiales y sin control de calidad.

Para un guía profesional, el reto es contar una historia que conecte el pasado glorioso de Venecia con su realidad actual, sin que el visitante se quede solo con las fotos para Instagram.

4. Los artesanos: custodios de un saber antiguo

El turismo sostiene, en parte, oficios artesanales como los fabricantes de máscaras, vidrieros de Murano, encajeras de Burano o lutieres que construyen instrumentos históricos.

Muchos turistas buscan llevarse algo más auténtico que un souvenir fabricado en serie: una máscara hecha a mano, un vaso de Murano soplado al fuego, o una puntilla de encaje cosida durante semanas.

Pero incluso estos talleres sufren la competencia de la producción industrial asiática que se vende en tiendas a bajo precio, y dependen de un turismo que valore lo auténtico sobre lo barato.

5. Los artistas y promotores culturales

Venecia sigue siendo un imán para artistas, escritores, cineastas y músicos. La Bienal de Arte de Venecia, fundada en 1895, es uno de los mayores eventos artísticos del mundo, junto a la Mostra Internacional de Cine.

Estos eventos atraen a un turismo diferente: menos masivo, más interesado en la cultura y dispuesto a gastar más y quedarse más tiempo. Para muchos, representan la clave de un modelo turístico sostenible.

Los dilemas del turismo veneciano

Dependencia económica vs. destrucción del tejido social

Venecia vive del turismo, pero el turismo también ha vaciado la ciudad de vecinos. En los años 50, el centro histórico superaba los 170.000 habitantes; hoy, poco más de 49.000.

Los jóvenes se marchan porque el coste de vida es alto, las viviendas se transforman en apartamentos turísticos y los trabajos suelen ser precarios y estacionales.

Turismo de masas vs. turismo de calidad

Un turista que pasa el día en Venecia y se va (especialmente los de crucero) gasta poco comparado con el que duerme varios días. Sin embargo, todos generan la misma presión sobre la ciudad: ocupan espacio, producen residuos y desgastan infraestructuras.

Muchos expertos y vecinos piden priorizar un turismo más largo, más cultural, que aporte más valor y menos saturación.

La paradoja del patrimonio: conservar para mostrar

El patrimonio veneciano requiere cuidados muy costosos. Las mareas altas (acqua alta) provocan daños constantes. El sistema MOSE, un conjunto de barreras móviles para contener las mareas, ha costado más de 5.000 millones de euros y no resuelve todos los problemas.

Los ingresos del turismo sirven, en parte, para restaurar iglesias, palacios y puentes. Pero el exceso de turistas acelera la degradación que se trata de frenar.

Medidas recientes: un futuro incierto

Para frenar la masificación, el Ayuntamiento de Venecia ha puesto en marcha algunas medidas:

  • Prohibición de los grandes cruceros en el centro histórico desde 2021.
  • Introducción de una tasa de acceso (5-10 euros) para turistas que entren solo durante el día.
  • Sistemas de reserva previa para limitar el acceso en días punta.

Algunos lo ven insuficiente, otros como una medida elitista. Pero todos coinciden en que Venecia debe repensar su relación con el turismo.

Los “nuevos exponentes”: iniciativas sostenibles y creativas

Surgen proyectos que quieren cambiar el modelo turístico:

  • Cooperativas que ofrecen visitas guiadas por barrios menos turísticos, con vecinos como guías.
  • Hoteles que invierten parte de sus beneficios en rehabilitación de viviendas para residentes.
  • Talleres de artesanía que enseñan técnicas tradicionales a turistas, generando un vínculo más profundo.
  • Plataformas digitales creadas por venecianos que recomiendan negocios locales y rutas menos conocidas.

Voces venecianas: entre el escepticismo y la esperanza

Hablamos con Chiara, de 29 años, que regenta una pequeña librería en Cannaregio:

“No queremos menos turismo, queremos otro turismo. Que vengan personas que respeten la ciudad, no solo a hacerse fotos”.

Marco, gondolero de cuarta generación:

“Mi abuelo remaba en el Gran Canal cuando había tráfico de mercancías, no solo turistas. Hoy dependemos de ellos, pero también vemos cómo nuestra ciudad cambia demasiado rápido”.

Gianni, propietario de un hotel familiar:

“Sin turistas, cerramos. Con demasiados turistas, perdemos el alma de la ciudad. La clave está en el equilibrio”.

Venecia, espejo del turismo global

Venecia es el ejemplo más visible de un fenómeno que afecta a muchas ciudades patrimoniales: el éxito turístico que amenaza con vaciarlas de sentido.

Sus exponentes gondoleros, guías, artesanos, hoteleros, artistas son el alma que mantiene viva la experiencia veneciana. Ellos saben mejor que nadie que la ciudad no puede ser solo un decorado.

El reto de Venecia es el reto del turismo mundial: cómo acoger a millones de visitantes sin perder aquello que hace único el lugar. No es solo un problema veneciano: es una pregunta que nos afecta a todos como viajeros y como ciudadanos.

Venecia, la ciudad que nació del agua, hoy lucha por no ahogarse en su propio éxito. Depende de nosotros que su futuro sea algo más que un recuerdo hermoso.

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